Se le adjudica a José Vasconcelos la frase: “La cultura termina donde comienza la carne asada”.
Muchas variantes sarcásticas, rencorosas o aprobatorias se han derivado por inercia y a lo largo de varias décadas de esa idea, pero sería interesante volverla a plantear: En el México actual la cultura se encuentra en proceso de mutación, sólo mira al norte y pareciera carecer de memoria.
El sur, abundante en tradiciones, colores, sabores e historia, ha sido rebasado por el rezago y la miseria, que lenta, constante y devastadora ha ido apagando los colores de la cultura.
Es escandaloso que en México coexistan regiones que enfrentan problemas de salud, educación y desarrollo similares a países como Malawi, en África, con zonas desarrolla- das parecidas a algunas naciones europeas.1
En cuanto al tema de la educación, el norte es mejor alumno que el sur. Podría ser la carne asada… Sin embargo, la suma de varios factores es lo que ha hecho de México 32 países en dos grandes regiones: el norte y el sur.
La gran desigualdad nacional en la educación es “sin duda debida a la incapacidad del sistema educativo para atender las desigualdades sociales”, entonces es imperativo que para “mejorar la calidad de los aprendizajes de los estudiantes, las escuelas y el sistema que las cobija han de aprender a mitigar el efecto perverso de la pobreza de sus destinatarios”.2
Es un hecho, por lo tanto, o hasta ahora, que la educación va de la mano del desarrollo y el progreso. Las carencias en el hogar y en la escuela por lo regular acompañan el bajo rendimiento, y viceversa. Situación injusta y dramática para la otra mitad del país: la mitad pobre.
Nuevo León, el “segundo lugar” -siempre tras el Distrito Federal- en prácticamente todos los indicadores de evaluación educativa, no ha tenido un trato preferencial ni parti- das especiales destinadas a educación. Simplemente es rico, sus escuelas públicas y privadas se encuentran en mejores condiciones, la proporción de éstas es mayor, tiene menos escuelas rurales y pocas o ninguna indígena, al contrario de estados como Chiapas o Oaxaca, que tienen las cifras exactamente opuestas”,3 los maestros son más competentes y están mejor remunerados, es menor la dispersión, la oferta de empleos es mucho mayor y es una puerta fronteriza.
No dejemos de lado el dato de que “la actividad económica en México, medida por el ingreso per cápita municipal en el año 2000, se encuentra sumamente concentrada en la zona metropolitana del Distrito Federal y en el norte del país, especialmente en las regiones fronterizas”.4 Volvemos a lo mismo, la mirada al norte, ya que “es más factible la movilidad geográfica para los individuos con mayores niveles de educación”5 lo que genera una gran migración y la fuga de capital intelectual.
Aplicar las mismas políticas educativas en todo el país es cerrar los ojos a la desigualdad. Pretender que los mismos factores y accidentes se generan de igual manera en el país es olvidar lo diversos que somos. La educación se debe entregar a la carta, diseñada para generar aprendizaje y todo lo que brota con el bienestar, para seguir evitando rezago, dispersión y soledad.
Es probable, entonces, que la meta al 2015 de “ofrecer educación preescolar diferenciada, para que todos los niños cuenten con una base que permita emprender la primaria con buenas posibilidades de éxito”6 sea atacar desde la raíz, empezar de cero con acciones diferenciadas, particulares y conforme a las necesidades y grado de desarrollo de cada estado. Porque, pese a quien le pese, el caso Nuevo León tampoco es exitoso, ni los resultados escolares son un reflejo de lo que como país invertimos en educación. Es de gran preocupación el crecimiento demográfico en el norte del país, generado en gran parte por las pocas posibilidades que brinda el mercado laboral en el sur. La cultura ya llegó al norte y se mezcló con la carne asada, a lo largo de toda la línea fronteriza ya no es extraño escuchar mixe.
REFERENCIAS
1 Informe sobre desarrollo humano. México 2004. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), página 28.
2 La calidad de la educación básica en México. Informe anual 2006. Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).
3 Informe sobre desarrollo humano. México 2004. PNUD, páginas 23 y 25.
4 Ibídem. Página 27.
5 Ibídem. Página 24.
6 La calidad de la educación básica en México. Informe 2006. INEE, página 248.
7 Ibídem. Página 42.
Durante el gobierno del presidente Vicente Fox, 2000-2006, Chiapas tuvo nuevamente un trato presupuestal preferencial. Pero esta inversión extraordinaria no se refleja en los indicadores de educación que muestran, en cambio, niveles muy bajos en la calidad educativa en todos los rubros medibles