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LA MUÑECA FEA – FRANCISCO GABILONDO SOLER


 

Francisco Gabilondo Sole

El 6 de octubre nació Fancisco Gabilondo Soler, personaje de tantos intereses como talentos: geografía, matemáticas, astronomía, cuentos, música, idiomas…

27 años y nueve días después, Gabilondo renació como Cri-Cri. Lo que pasó después, no hace falta consignarlo, lo seguimos cantando y contando.

En az presentamos un fragmento de entrevista y un cuento, éste último con la redacción original del autor. Ambos presentan el origen de personajes y situaciones indisolublemente ligados al imaginario nacional.

¡Feliz centenario, Don Gabilondo!

De la memoria de Gabilondo

Yo vivía en la casa de mis padres, pero mi encanto era pasar todo el día en la de mi abuelita Emilia. Ella tenía una casona vieja, tal vez un poco parecida a ésta en la que hoy vivo; no la recuerdo bien, pero sí conservo la imagen de que allá en el traspatio existían varios cuartos con trebejos; además, se podía uno trepar a la azotea y disfrutar de un paisaje muy hermoso. Y yo hacía eso con frecuencia. Por aquel tiempo, Orizaba era una ciudad muy pequeñita y desde allá arriba en la azotea se alcanzaba a divisar la vía del tren… por ahí pasaba la maquinita echando humo de algodón. Y en la capilla que estaba adosada a la propiedad de mi abuela, vivían muchas palomas… así nació entonces la canción de Los Palomos… Y el ropero, ni se diga; ese mueble todavía hasta hace poco tiempo se encontraba en casa de mis hermanos; mi abuelita siempre lo tenía lleno de un montón de cositas; lo que yo veía ahí dentro significaba para mí un tesoro… y de esos recuerdos viene la canción de El ropero… Y la muñeca fea, pues ahora la tiene Charo Patiño, porque la va a llevar a que la arreglen y le pongan un peinado y un vestido de acuerdo a su época; es una muñeca de porcelana, finísima, que perteneció a mi abuela… Y el libro de mil estampas aquí lo tengo. Las cosas que se perdieron fueron los vestidos de fru-frú, que estaban hechos con una seda muy gruesa; las damas elegantes usaban ese tipo de ropa; el nombre del vestido se debía seguramente a que, cuando las señoras caminaban, la seda del vestido rozaba entre sí y hacía el ruidito: fru-frú. Claro que para los niños de hoy esa palabra ya no tiene sentido, pues esa moda ya no existe… Y la espada… pues ésa quién sabe dónde quedó; era la espada de mi abuelito materno que fue coronel. Mi hija Diana la ha buscado por todos lados, pero sepa Dios dónde habrá quedado, tal vez en la casa de algunas de las ex-esposas de mi tío Enrique, quien también fue militar… carrancista, para más concreto. Mi abuelo no; él fue de la época de don Porfirio Díaz, porfirista cien por ciento…

Redacción AZ

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