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MANUAL DEL LAVADO DE MANOS

Si bien la industria ha logrado introducir el jabón en casi todos los hogares, no siempre ha promovido de manera sistemática y con campañas masivas las buenas prácticas de higiene o el lavado de manos.

La higiene es esencial para la misión de la salud pública de reducir la transmisión de las enfermedades y sus consecuencias. La notable disminución del número de muertes causadas por enfermedades infecciosas que se observó en los países ricos en el siglo pasado no podría haberse logrado si no se hubiese mejorado enormemente la higiene pública. El aumento del nivel de vida permitió que las personas adoptaran hábitos más higiénicos cuando se instaló agua limpia en sus hogares y cuando el jabón bajó tanto de precio que fue posible tenerlo en todos los lavabos. Con el tiempo, gracias a la acción colectiva del movimiento de fomento de la salud pública y de la industria privada, la limpieza —de las manos, de los hogares y de las costumbres— se convirtió en una norma social.

Lavado de ManosLamentablemente, en los países pobres la historia no podría ser más distinta. A finales del siglo XX aún había 2 mil millones de personas con acceso insuficiente al saneamiento y mil millones sin suficiente agua limpia para beber. Las iniciativas de promoción eficaz de la higiene han sido dispersas e ineficaces. Si bien la industria ha logrado introducir el jabón en casi todos los hogares, no siempre ha promovido de manera sistemática y con campañas masivas las buenas prácticas de higiene o el lavado de manos como complemento de sus productos.

Se necesita seguir trabajando para demostrar la eficacia de los programas en función de los costos. Además, establecer alianzas entre los sectores público y privado puede ser lento, y demostrar sus resultados puede serlo más aún. Esto no debería sorprender- nos, ya que es difícil la comunicación entre grupos con tradiciones, propósitos y formas de actuar diferentes.

Asimismo, es frecuente que los cambios de personal exijan reiniciar el establecimiento de relaciones. Sin embargo, a medida que los programas de promoción del lavado de manos con jabón demuestren su eficacia y se documenten las experiencias correspondientes, crecerá el impulso y aumentará su eficiencia, con lo cual debería ser más fácil promover esas alianzas.

Otra cuestión fundamental que deben afrontar las alianzas entre los sectores público y privado es que la higiene no tiene un único hogar institucional. En muchos programas, como el de Ghana, el financia- miento provino del sector del agua y el saneamiento. No obstante, para que el lavado de manos tenga una amplia aceptación y se mantenga la práctica, también será necesario que los ministerios de Salud y de Educación hagan suyos esos programas.

Se necesitan ensayos rigurosos del impacto de la práctica de lavarse las manos en las enfermedades infecciosas. Concretamente en las infecciones respiratorias agudas la documentación es deficientes y se requiere más investigación. Las pruebas de que se dispone son suficientes para que el sector de la salud pública actúe respecto de las cuestiones que parecen con toda probabilidad ser las más prometedoras.

Con esta perspectiva, hacer omnipresente la práctica de lavarse las manos con jabón es un desafío crucial para la salud pública en el siglo XXI. Las autoridades públicas, la industria, los organismos de apoyo y las instituciones académicas tienen papeles importantes que desempeñar en este sentido.

Jamal Saghir & Jacques Baudouy
Jamal Saghir - Director de Energía y Agua del Banco Mundial. .......Jacques Baudouy - Director de Salud, Nutrición y Población del Banco Mundial.

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