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JUEGO Y TAREAS ESCOLARES: EL PAPEL DE LA ESCUELA Y LA FAMILIA EN TIEMPOS DE CONFINAMIENTO POR LA COVID-19

Niño estresado sentado

RESULTADOS

El apartado de resultados se halla dividido en dos partes. En la primera se realiza una comparativa entre la situación del juego y los deberes (pre-confinamiento) y las tareas escolares (durante el confinamiento). En la segunda se analizan las variables relacionadas con el juego y los deberes/tareas escolares en función de la tipología del centro educativo en el que las familias escolarizan a sus hijos/as.

Juego y deberes/tareas escolares antes y durante el confinamiento

A continuación, se estudia la existencia de diferencias entre las horas semanales dedicadas al juego antes y durante el confinamiento. La prueba de los rangos de Wilcoxon indica que existen diferencias altamente significativas entre las horas de juego antes y durante el confinamiento (Z= -16,99, p<0,001). Los que aumentaron su tiempo de juego durante el confinamiento (62,86%) superan ampliamente a los que vieron reducido ese tiempo (3,54%) o lo mantuvieron al mismo nivel (33,60%). En la Figura 1 puede verse la comparativa entre las distintas opciones de respuesta. La curva correspondiente al período anterior al confinamiento tiene forma de campana, con un valor más alto de respuesta en torno a la categoría 7-15 horas, mientras que la curva durante el confinamiento es claramente ascendente y la categoría con mayor frecuencia es más de 30 horas.

Con respecto al tipo de juego realizado, antes del confinamiento era, con mucha diferencia, el de ejercicio. Una vez fue obligatorio permanecer en los hogares, los juegos de pantalla pasaron a ser la ocupación principal, si bien el incremento respecto a los valores pre-confinamiento puede considerarse moderado. En la Figura 2 se aprecia que, de las 5 categorías comparadas, existen diferencias altamente significativas en la práctica de juegos de ejercicio (1), de pantallas (2) y de reglas (3). En el primer caso se produjo una importante reducción y en los dos siguientes hubo un aumento moderado.

El tiempo dedicado a realizar las tareas escolares ha aumentado durante el confinamiento respecto al tiempo de deberes antes del confinamiento (Z= -13,28, p<0,001), aunque de una forma más moderada que en el caso del juego. El 51,93% incrementó el tiempo dedicado a las tareas escolares, por un 41% que lo mantuvo y un 7,07% que lo vio reducido respecto al tiempo de deberes pre-pandemia. Como se aprecia en la Figura 3, los valores de la curva antes del confinamiento se agrupan en torno a las dos categorías de menos dedicación temporal a los deberes y luego descienden de forma importante en el resto de categorías. Hay que destacar que la categoría 1-7 horas es la de frecuencia más alta en ambos momentos, si bien durante el confinamiento las categorías 7-15 horas y 15-30 horas presentan valores mucho más altos.

El papel de los centros educativos respecto al juego antes y durante el confinamiento

Se preguntó a las familias si el centro educativo realizaba alguna recomendación sobre el juego y si el profesorado planteaba juegos o jugar como parte de las tareas de casa, antes y durante el confinamiento. Como puede verse en la Figura 4, antes del confinamiento la atención prestada por los centros educativos al juego en forma de recomendación directa o a través de su profesorado era poco frecuente, lo que cambió de forma importante una vez comenzó el confinamiento. La prueba de McNemar informa de que el confinamiento supone un cambio altamente significativo en la comunicación de los centros (x2 = 184,03, p<0,001) y del profesorado (x2 = 112,95, p<0,001) con las familias respecto al juego.

En lo que respecta a las diferencias en función de la tipología de centros educativos, se detecta un comportamiento similar en las recomendaciones y deberes/tareas escolares que trasladan a las familias respecto al juego. En la Figura 4 se indica con una letra (a) la única situación en la que se identifican diferencias significativas: antes del confinamiento los centros privados realizaban recomendaciones a las familias sobre el juego en mayor medida que los públicos.

Prioridades de las familias antes y durante la pandemia en función de la titularidad del centro educativo de sus hijos/as

Es de esperar que una situación de pandemia mundial con confinamiento forzoso en el hogar provoque cambios en las preferencias de las familias en muchos sentidos. En este estudio nos centramos en la importancia que se le otorga al juego, las actividades extraescolares, los deberes/tareas escolares y diversas actividades categorizadas bajo la denominación de otras. El juego es, sin duda, la actividad prioritaria para las familias, seguido por los deberes/tareas escolares. Los resultados de la prueba de McNemar indican que se produjeron cambios altamente significativos en la prioridad otorgada al juego (x2 = 23,52, p<0,001), a las actividades extraescolares (x2 = 71,31, p<0,001) y a otras actividades (x2 = 26,32, p<0,001). Sin embargo, la importancia otorgada a los deberes/tareas escolares se mantuvo en niveles similares antes y durante el confinamiento (x2 = 3,15, p>0,05). En la Figura 5 puede apreciarse el incremento de la importancia del juego durante el confinamiento y también la desaparición de las actividades extraescolares del imaginario de las familias. También se produce un aumento en el apartado de otras prioridades. Sobre los deberes/tareas escolares puede afirmarse que aquellas familias que tenían los deberes entre sus prioridades antes del confinamiento siguen dándole importancia a las tareas escolares tras el inicio del mismo.

Figura 5

Figura 5

Atendiendo a la comparativa según la titularidad del centro, en la Figura 5 se identifican tres diferencias significativas entre ambos tipos de centros (señaladas con las letras a, b y c). Antes del confinamiento las familias con hijos/as en centros públicos tenían el juego como actividad prioritaria en mayor medida que sus homólogas en centros privados (Figura 5, letra a). Esta diferencia desaparece, sin embargo, durante el confinamiento, debido a un incremento mayor de la importancia del juego en las familias con hijos/as en centros privados. Las dos diferencias restantes se relacionan con la importancia otorgada a los deberes/tareas escolares. Tanto antes (Figura 5, letra b) como durante el confinamiento (Figura 5, letra c) las familias en centros privados otorgan prioridad a los deberes/tareas escolares en mayor medida que las familias de centros públicos.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Con respecto al juego y los deberes/tareas escolares, las responsabilidades escolares en forma de deberes o clases de refuerzo, junto con las actividades lúdicas organizadas (actividades extraescolares) eran importantes competidoras para el tiempo de juego durante los días lectivos antes de la pandemia (Hermoso y Chinchilla, 2010; Rius, 2011). Sin embargo, la llegada del confinamiento hizo desaparecer cualquier actividad organizada fuera del hogar y situó las tareas escolares en el horario anteriormente dedicado a la jornada escolar.

Se produce un cambio en el concepto de deberes entre los dos momentos estudiados. Antes del confinamiento, los deberes eran aquellas actividades que complementaban, reforzaban o ampliaban la labor realizada por el alumnado en la jornada lectiva (Valle-Arias et al., 2017). Durante el confinamiento, los antiguos deberes se convierten en tareas escolares que, de alguna manera, “sustituyen” a la jornada escolar, con la tutorización a distancia del profesorado. Las tareas escolares se hacen llegar a las familias, prioritariamente a través de la red, y se espera que, una vez realizadas, sean devueltas al profesorado para su valoración. Tal y como indican los resultados de este estudio, aunque estos cambios se traducen en un moderado aumento del tiempo dedicado a las tareas escolares respecto a los deberes pre-confinamiento por parte del alumnado, en la mayoría de los casos hay una reducción importante del tiempo dedicado a las tareas escolares si lo comparamos con la jornada lectiva ordinaria (al menos 25 horas semanales para todo el alumnado).

En este contexto, el tiempo de libre disposición para la infancia aumentó de forma relevante y el juego, como casi siempre que los más pequeños pueden elegir, se convirtió en una de las actividades principales de sus jornadas (Imaginarium, 2015; AIJU, 2020). El tiempo semanal dedicado al juego durante el confinamiento superó las expectativas iniciales y la forma ascendente de la curva aconseja añadir más categorías en la zona alta del espectro, ya que una parte importante de las respuestas se agrupan en el valor más alto y sería interesante conocer qué cantidad de horas de juego se llegarían a alcanzar y a partir de qué intervalo comienza a descender la curva.

La obligación de estar en casa condiciona la tipología de juego predominante, limitando de forma importante el desarrollo de los juegos de ejercicio, sobre todo de aquellos que requieren desplazamientos y manipulación de objetos. Diversos estudios establecen una relación positiva entre el tiempo que la infancia pasa al aire libre y sus niveles de actividad física (Bento y Dias, 2017; Kemple, Oh, Kenney, Smith-Bonahue, 2016; Pagels, Raustorp, Guban, Frober y Boldeman, 2016; Tandon, Saelens, Zhou y Christakis, 2018). El confinamiento supuso sin duda una limitación de ambos aspectos, lo que se pone de manifiesto en la importante reducción de los juegos de ejercicio, con los consiguientes efectos negativos sobre la salud y la calidad de vida de los menores. El aumento del tiempo dedicado al juego relacionado con las pantallas debe ser estudiado con mayor profundidad, dado el carácter ambivalente de las TIC en el tiempo de ocio y de juego en edades tempranas, y de que no siempre es fácil diferenciar qué es juego o no lo es frente a las pantallas (Lundtofte, 2020). Centrándonos en los videojuegos, diversas autorías resaltan su utilidad en los procesos de enseñanza y aprendizaje para aumentar la motivación del alumnado, mejorar su atención e implicación, desarrollar estrategias y habilidades, etc. (López-Gómez, 2018). No obstante, también existen investigaciones que advierten de los posibles efectos negativos de un uso excesivo de los videojuegos, asociándolo con problemáticas como la dependencia, la depresión y el sedentarismo, entre otros (Stiglic y Viner, 2019; Wan, Li y Fan, 2019). El aumento de la preferencia por los juegos de pantallas fue importante (de un 19,3% a un 24,2%) y se convirtió en el tipo de juego preferido durante el confinamiento, si bien el interés por otras tipologías de juego siguió siendo importante, con valores cercanos al 20% en tres de las cuatro categorías restantes.

El asesoramiento de los centros educativos respecto al juego sufrió un incremento muy importante durante el período de confinamiento, ya que las familias tuvieron que responder a las necesidades lúdicas de sus hijos/as en un contexto especialmente adverso sin un período de adaptación o preparación previo. Esto hizo que algunos centros educativos asumieran el liderazgo en la función de asesoramiento a las familias. Este importante cambio, sin embargo, no fue generalizado. Hay que destacar que solo la mitad de las familias recibieron recomendaciones y tareas escolares en forma de juego. Un importante porcentaje de ellas, a pesar de la necesidad de asesoramiento respecto al juego en casa durante el período de confinamiento, no recibieron apoyo ni información por parte del centro educativo de sus hijos/as.

Esta situación se debe en gran parte a una tradición escolar basada en la orientación laboral-productiva (Wood, 2015) que, a pesar de la retórica de los documentos educativos oficiales sobre la formación integral del individuo, no considera entre sus funciones la formación para el ocio (Sarrate, 2008) o la promoción lúdica.

No solo los centros educativos prestaron mayor atención al juego durante el confinamiento, sino que las propias familias modificaron sus prioridades una vez que las actividades escolares y extraescolares dejaron de formar parte de las rutinas del alumnado. En el momento en que las actividades extraescolares dejaron de ser presenciales, y a pesar de que muchas asociaciones y empresas realizaron una oferta virtual durante el confinamiento, para las familias dejaron de ser una prioridad y se centraron más en el juego en casa o el seguimiento de las tareas escolares organizadas desde el centro educativo. También se produjo un aumento relevante en la categoría otros, lo que puede explicarse por una diversificación de los aspectos que preocupan a las familias durante el confinamiento, que anteriormente no eran prioritarios o simplemente no existían (relacionados con la salud, la conciliación de la vida laboral y familiar, la convivencia en el hogar, etc.).

A modo de conclusión se puede destacar que el tiempo de juego aumentó de forma muy importante, mientras que el de las tareas escolares experimentó un aumento mucho más moderado respecto a los deberes pre-pandemia. Durante el confinamiento la tipología de juego dominante pasó a ser el juego de pantallas en detrimento del juego de ejercicio, que era con mucha diferencia el preferido antes de la pandemia. El asesoramiento de los centros educativos a las familias en materia de juego experimentó un incremento importante, si bien esta labor no llegó a generalizarse, ya que casi la mitad de los centros educativos no realizaron esta tarea a pesar de las necesidades de las familias al respecto.

Apolinar Varela, Raúl Fraguela-Vale, Silvia López-Gómez
- Apolinar Varela - Departamento de Aprendizaje y Curriculum, Facultad de Educación y Psicología, Universidad de Navarra, Campus Universitario 31009, Pamplona (España) - Raúl Fraguela-Vale - Departamento de Didácticas Específicas y Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación, Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de A Coruña, Campus Elviña 15071, A Coruña (España) - Silvia López-Gómez - Departamento de Pedagogía y Didáctica, Facultad de Formación del Profesorado, Universidad de Santiago de Compostela, Avda. de Ramón Ferreiro, s/n, 27071, Lugo (España)

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