- Limita el tiempo que vas a dedicar a cada actividad. No te desvíes del tema central, provoca que los estudiantes se distraigan y olviden los objetivos educativos.
- Transparencia. Deben conocer los objetivos y criterios de evaluación, de esta manera ellos tienen la responsabilidad de sus acciones.
- Ejemplifica y demuestra. Si quieres que tus alumnos retengan y comprendan con mayor facilidad algún tema, la mejor manera es haciéndolos ver la necesidad o utilidad de aprenderlo.
- Plantea problemas a resolver. De preferencia problemas relacionados con lo cotidiano.
- Fomenta el trabajo colaborativo. El trabajo en equipo parecerá que ocasiona distracción en el salón de clase, pero fomenta la participación y desenvolvimiento social de los niños.
- Dales medios para expresar sus ideas y participar. No sólo se trata de hacer participar al alumno, sino que su participación sea de calidad.
- Ludifica. El juego en la educación aumenta la participación, motivación y aprendizaje de los estudiantes.
- Utiliza recursos y materiales que ya forman parte de su vida. Mientras más familiarizados estén con los recursos utilizados en clase, verás la diferencia en su atención.
- Da (cierto) margen. Los estudiantes deben poder hacer las cosas “a su manera” o usar sus propios materiales. Dales flexibilidad en su propio proceso de aprendizaje.
- Realiza evaluaciones diagnósticas. Antes de iniciar un tema, pregúntales sus conocimientos previos y cuáles son sus preferencias. De esta manera podrás preparar tu clase en base al nivel y los gustos de tu clase.
Información de: Escuelas 20