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5 CONSEJOS PARA REMPLAZAR LA CULTURA DE LAS CALIFICACIONES

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Los estudiantes de secundaria y preparatoria entran con entusiasmo a clase con su tarea completamente terminada, listos para hacer preguntas de seguimiento. No tienen ningún deseo de obtener una calificación por este trabajo. ¿Suena bien no?

La realidad es que los estudiantes revisan sus calificaciones en línea constantemente. Hacen preguntas como:

  1. ¿Cuántos puntos de descuento si olvidé las unidades?
  2. ¿Cuánto te quitarás de la ortografía?
  3. ¿Qué puedo hacer para que mi promedio alcance una 90?

 Hay que comenzar por reflexionar sobre cómo nuestro comportamiento contribuye a la cultura obsesionada con las calificaciones. Muchas veces nos avergüenza admitir que solemos elogiar a los estudiantes en función de sus calificaciones en lugar de su esfuerzo y mejora. Las conferencias con los padres generalmente se enfocan en las calificaciones numéricas más que en el aprendizaje de los estudiantes.

Es por eso que recomendamos

5 formas de ayudar a los estudiantes a enfocarse en aprender y no en las calificaciones 

#1 – Ajusta tu lenguaje (con los niños y los padres)

 

Cuando un alumno está desmotivado para completar una tarea, no hagas amenazas como:

“¡Tienes que hacerlo porque esta será una calificación!”

En su lugar haz declaraciones de aliento como:

“Lo hiciste muy bien con la simplificación de radicales.”

“Espero ver cómo aplicas esa habilidad al teorema de Pitágoras”

¿Funciona esto perfectamente todo el tiempo?

Por supuesto que no. Pero hay que ser conscientes del lenguaje con el que centramos el aprendizaje en lugar de las calificaciones comienza a cambiar la cultura de mi clase.

El lenguaje con los padres también debe de cambiar. Cuando mandes un correo electrónico o llames a los padres usa información sobre los conceptos o habilidades que su hijo estaba demostrando en lugar de enfatizar las calificaciones. Si presionan para obtener una calificación numérica, responde:

“Jorge obtuvo 35 de 42 puntos en su última evaluación. Le recomiendo que practique la factorización prima para estar mejor preparado para el material del próximo capítulo”

Tal vez esto sea un truco matemático, pero dar una calificación de 35 sobre 42 quita énfasis al estigma inmerecido que puede venir de obtener una calificación baja.

#2 – Retrase la calificación

Los estudiantes prestan más atención a los comentarios de los maestros que a las calificaciones. Retrase la entrega de la calificación real para que el enfoque de los estudiantes pase de la calificación a la retroalimentación.

Califiquen las pruebas con notas habituales y breves, pero no escriban ninguna reducción de puntos o una calificación en la prueba en sí. Después de devolver las pruebas, pídales a los estudiantes que reflexionaran e hicieran correcciones. Mientras ayuda a los estudiantes con sus correcciones, discuta los conceptos y la retroalimentación, pero nunca los puntos.

Esto puede irritar a los niños al principio, pero con el tiempo comenzarán a concentrarse en su desempeño real. Si un alumno solicita su calificación real, en privado después de clase hágaselo saber. Es importante que esto no remplace las calificaciones reales solo es ajustar la forma en la que se le presenta a los estudiantes.

#3 –  reduzca la presión de las Tareas

Las investigaciones sugieren que las tareas o la evaluación formativa nunca deben calificarse por su precisión. La mayoría de los maestros registran calificaciones de finalización de la tarea. Haga hincapié en que las tareas son una oportunidad para practicar y explorar. Para reducir aún más la presión, anúncieles a sus alumnos que su calificación más baja en el examen se eliminaría automáticamente cada periodo. Esto eliminará mucha ansiedad y lágrimas.

#4 –  Da la opción de repetir

Los exámenes y otras situaciones de ‘solo una vez y listo’ nunca sacarán lo mejor de los estudiantes, especialmente debido a la naturaleza del tiempo y la memorización”. Algunas escuelas tienen la política de ofrecer una repetición de la prueba  para reemplazar la calificación más baja del examen. Si su escuela no tiene una política de rehacer, abogue por una. O sea creativo en su clase sobre las formas de ofrecer repeticiones por el simple hecho de aprender, no solo para reemplazar una calificación.

#5 – Permite la autoevaluación

Como maestro, a menudo escuchamos el rechazo:

“Si no damos calificaciones tradicionales, ¿los estamos preparando para la universidad?”

Naturalmente, no podemos predecir lo que nuestros hijos encontrarán en la educación superior, pero parece haber una tendencia hacia la “baja calificación” entre algunos profesores universitarios. Un artículo de Inside Higher Ed (Inglés) del 2019 señaló que existen “razones pedagógicas sólidas para no calificar, dada la letanía de investigaciones que encuentran que las calificaciones juegan con la motivación extrínseca (no intrínseca), disminuyen el disfrute del aprendizaje y aumentan los temores al fracaso. Más que eso, las calificaciones no son necesariamente una buena medida del aprendizaje de los estudiantes. Y, según investigaciones adicionales, sabemos que están sujetos a una rápida inflación”.

Los maestros pueden contrarrestar algunos de estos efectos perjudiciales de las calificaciones otorgando a los estudiantes una mayor propiedad de su evaluación. Al asignar un proyecto evaluado por rúbrica, pida a los estudiantes que completen su propia rúbrica y luego tómese un momento para conversar con ellos sobre su autoevaluación. A veces, su calificación será más baja que la que le hubieras dado, lo cual es un gran comienzo para una conversación productiva. Además, la autoevaluación les da a los estudiantes la propiedad de su propio aprendizaje y mejora sus habilidades metacognitivas.

Dejemos de dar tantas calificaciones y hagamos los estudiantes completen sus tareas con alegría por el puro placer de aprender. Sin olvidar que las calificaciones, aunque sean defectuosas, determinan las ubicaciones y la clasificación. Aun así, nosotros, como maestros, podemos ser creativos dentro de las paredes de nuestras propias aulas para hacer que las calificaciones sean más precisas, colaborativas y mucho menos estresantes.

Artículo Original (Inglés)

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