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Los cada vez más populares dispositivos wearables no son solo peligrosos utensilios para hacer trampa en clases o instrumentos que exclusivamente miden la calidad del sueño y previenen cardiopatías; un smartwatch también es una subestimada e incomprendida herramienta tecnológica con gran potencial educativo.
A continuación, se detallan 4 áreas de enorme provecho que un reloj inteligente promedio lleva a cabo perfectamente y del que podemos (y debemos) sacar provecho en función del aprendizaje y la formación integral de los individuos de nuestra sociedad. Comencemos.
1. Interconexión en la palma de la muñeca
Los avances tecnológicos en materia de conectividad; códigos QR, tecnología NFC, Bluetooth y Wifi modernos, sumado a la gran movilidad y disponibilidad prácticamente permanente del smartwatch, hacen posible algunos usos innovadores de enorme provecho para el sector educativo.
El pago instantáneo y personalizado dentro de las instalaciones de servicios y productos tales como la comida, biblioteca o materiales de estudio, la identificación personal inteligente, el registro de asistencia o la difusión de información de interés local son tan solo algunas de las aplicaciones actualmente en planificación y desarrollo que generan altas expectativas.
2. Organización y planificación
Si algo puede vencer la procrastinación académica y definir un plan de estudios a corto, mediano y largo plazo en los estudiantes de nuevas generaciones son las herramientas interactivas digitales para el control de actividades y gestión del tiempo.
Incluso en los modelos más económicos y sencillos se encuentran disponibles algunas funciones básicas de calendario, agendas y planificadores de actividades, así como de notificación de eventos.
Otras, tales como sincronización de datos multidispositivo o las herramientas de organización de metas colectivas, en grupos de estudio, incentivan numerosos aspectos positivos.
3. Una minúscula, pero versátil herramienta
El auge del smartwatch en nuestra sociedad ha promovido el desarrollo de hardware cada vez más eficiente y económico, además de software nuevo y especializado para este dispositivo.
Dando lugar a soluciones informáticas que poco a poco se acercan a las que ya encontramos en los teléfonos inteligentes; entre ellas, además de las antes mencionadas, se encuentran calculadoras básicas y científicas, diagramadores, plataformas para la creación y gestión de apuntes y notas, aplicaciones para videoconferencias y mucho más.
4. La salud y la condición física
Por último y sin restarle importancia. Una de las funciones principales de los relojes inteligentes ha sido, desde antes de su popularización, la monitorización de las actividades físicas.
No se pueden negar los alcances y beneficios que conlleva dicha tecnología, para el estudiante inmerso en actividades deportivas, en específico, pero también para el resto. Con especial mención para entrenadores y profesores en cuanto a la obtención, sistematizada y en tiempo real, de información relevante.
Sin olvidar las métricas vitales de primera mano, relativas a la salud del usuario del smartwatch; un añadido informativo valioso, altamente recomendado por los profesionales de la salud, y de vital importancia para el bienestar del cuerpo estudiantil y el circundante.
Más innovar en materia educativa, menos prohibir y censurar
La tendencia hacia la digitalización de la educación es incuestionable; especialmente evidenciada por el COVID-19 con el periodo de cuarentena y la educación virtual a distancia.
El desafío a superar comienza con evitar culpar a la tecnología de los males del estudiantado; más bien radica en aceptar la necesidad del cambio en las estrategias pedagógicas y comenzar, de una vez por todas, a generar nuevas dinámicas, coherentes con la realidad.
No es la primera ola de temor hacia un dispositivo electrónico novedoso; ya lo hemos experimentado. La alfabetización tecnológica ha sido entonces, y ahora, la vía para dejar atrás este tipo de obstáculos y los que se presenten.
