La caja de Pandora se ha abierto. La reforma judicial ya es un hecho, y revertirla sería un intento en vano. Ahora, el reto que enfrentamos es aún mayor: los órganos autónomos están en peligro de desaparecer.
Afirmó el Lic. Iván Szymanski, líder de la práctica de Competencia Económica en el despacho legal Vázquez Tercero y Zepeda.
El panorama para la competencia económica en México está en un momento decisivo. La aprobación de la Reforma Judicial el pasado miércoles 11 de septiembre, seguida por su ratificación en los estados en un tiempo record, ha abierto la puerta a una nueva discusión: la posible eliminación de organismos autónomos clave. La propuesta de reforma constitucional presentada por el presidente Andrés Manuel López Obrador busca desmantelar instituciones como la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), entidades cruciales para la supervisión de la competencia y el libre acceso al mercado en el país.
Esta medida legislativa podría marcar el inicio de una nueva era en la regulación de la competencia económica en México, con profundas implicaciones para el marco legal y económico del país.
Impacto en la industria privada
“No solo se trata de competencia económica; estamos hablando de la desaparición de siete órganos autónomos. Este sexenio ha sido especialmente difícil para la industria privada, y la eliminación de estas entidades representaría pérdidas millonarias”comentó Dora Luz Galindo, socia especialista en Derecho Corporativo y Comercio Internacional de Vázquez Tercero y Zepeda.
La desaparición de estos organismos no solo afectaría al sector privado, sino que podría generar conflictos en el ámbito internacional, especialmente en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). La falta de una autoridad reguladora podría desencadenar consultas o incluso disputas comerciales con los socios del país.
Lo que está en juego
Si la propuesta del Ejecutivo no logra la mayoría calificada en el Senado, COFECE e IFT conservarán su autonomía, aunque con severos recortes presupuestarios y limitaciones en su personal. Sin embargo, si se aprueba, ambos organismos serían disueltos, y se requeriría una nueva Ley Federal de Competencia Económica para llenar el vacío regulatorio.
A pesar de los riesgos existentes, Szymanski nos ofrece una perspectiva diferente:
“Estos cambios no solo traen incertidumbre, también generan oportunidades para que las empresas reimaginen sus estrategias. En este entorno cambiante, contar con asesoría especializada será fundamental para mantenerse competitivos y adaptarse a la nueva regulación.”
Sectores estratégicos en la mira
Independientemente de los cambios que puedan venir, COFECE ha señalado que continuará priorizando sectores estratégicos hasta 2025. Entre los principales se encuentran alimentos y bebidas, transporte y logística, servicios financieros, energía, mercados digitales y salud.