Aunque educar a los estudiantes tanto en el mundo físico como en el virtual es una tarea desafiante, se pueden tomar ciertos pasos para ayudar a que el proceso no solo sea más agradable sino también más beneficioso tanto para el instructor como para los estudiantes. Además, es de esperar que abordar este desafío desde una perspectiva metódica y formulada sirva para reducir la frustración de parte de profesores y estudiantes.
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Administra tu tiempo de manera efectiva.
Esto no es una nueva estrategia, pero vale la pena traer a la luz este consejo. Ya que la mayoría, si no todos, los educadores que trabajan en el entorno actual se enfrentan a completar más trabajo dentro del mismo tiempo.
Esencialmente, los maestros deben revisar sus planes de lecciones y unidades e identificar temas y actividades que no son del todo críticos. Al hacer esto los elementos auxiliares deben eliminarse, reduciendo así el alcance de las lecciones a aquellos conceptos y entendimientos que son más críticos para el éxito de los estudiantes.
Intenta estar “en vivo” con los estudiantes en línea con la mayor frecuencia posible.
El proceso de instrucción en línea de forma aislado puede resultar en una interacción limitada con los otros estudiantes y el instructor. Como resultado, si la tecnología está disponible para permitir que los estudiantes en línea participen en la instrucción en tiempo real a través de aplicaciones de videoconferencia en línea como Zoom o Google Meet, los instructores deben incorporar estos métodos con la mayor frecuencia posible.
Al usar este enfoque, los maestros pueden comunicarse con todos los estudiantes, independientemente del formato, simultáneamente. Esto reduce la necesidad de brindar instrucción y presentaciones de estilo de conferencia en diferentes momentos. Este enfoque tiene el beneficio adicional de que los estudiantes remotos puedan interactuar con sus compañeros en el aula física. Con esto podemos ayudar a reducir los sentimientos de aislamiento que muchos estudiantes remotos pueden experimentar.
Establece un “horario de oficina” físico y virtual.
Un método eficaz para garantizar que los estudiantes tengan la oportunidad de buscar la opinión y orientación del maestro es el establecimiento de “horas de oficina“.
Naturalmente, los estudiantes que están presencialmente en la escuela pueden pasar por el aula de un maestro o reunirse con ellos después de la clase. Reservar un tiempo en el que estarán disponibles en línea para estudiantes remotos permite que los maestros sean accesibles para los estudiantes. Estos tiempos se pueden usar para aquellos que requieren tutoría adicional o simplemente para mantener el contacto con un adulto de confianza.
Intencionalmente incorpora tiempo “no escolar” en su horario diario.
Como se mencionó anteriormente, instruir a los estudiantes en dos entornos tiene el potencial de llevar a un rápido agotamiento del educador. Por lo tanto, los maestros deben identificar al menos una pequeña ventana de tiempo en la que puedan concentrarse en ellos mismos, sus familias y otros elementos que son importantes para ellos.
Al enseñar simultáneamente tanto en persona como en línea, los educadores pueden enredarse fácilmente en la trampa de creer que deben concentrarse en el trabajo durante cada momento de vigilia. Si bien es fundamental que los educadores trabajen lo mejor que puedan, esto no debe hacerse a expensas de su salud mental y bienestar físico personales.