Al considerar el juego desde un punto de vista biológico, la gran mayoría de los expertos en medicina coinciden en que tiene un impacto significativo en el cerebro humano. Al girar regularmente las slots, el jugador se expone a reacciones psicofisiológicas, a la liberación de dopamina y a otros procesos que están directamente relacionados con la recepción de placer.
En caso de ganar, el cliente del casino online se siente abrumado por emociones positivas, es decir, alegría, satisfacción y euforia. Pero las pérdidas frecuentes pueden provocar una serie de cambios negativos en el cerebro, hasta llegar al desarrollo de una adicción patológica al juego, conocida, en la práctica médica, como ludomanía.
Características de la psicología del juego
Al examinar esta cuestión, es necesario partir del mundo interior del jugador, sus aspiraciones, expectativas y emociones. ¿Por qué es esto importante? En primer lugar, porque cada acción de un jugador está determinada no solo por la probabilidad de ganar, sino también por factores psicoemocionales como el miedo a perder, el deseo de ganar, la emoción, la creencia de que es posible recuperar el dinero perdido, entre otras. Adicionalmente, es importante tener en cuenta los siguientes cinco elementos:
- Efecto de cuasi accidente (Near miss effect). La gran mayoría de jugadores sobreestiman sus posibilidades de éxito en los casos en los que aparecen regularmente dos símbolos idénticos de cada tres en la pantalla. Muchos de ellos creen que la victoria está a punto de llegar y siguen jugando, pero muchas veces todo acaba en pérdida.
- La ilusión del control total. Esto se refiere a sesgos cognitivos que hacen que los clientes de los casinos en línea crean erróneamente que tienen control sobre el juego y pueden influir en su resultado, aunque inconscientemente entienden que el resultado depende del azar.
- Efecto de costo hundido. Su esencia se reduce al hecho de que cuanto más tiempo, esfuerzo y dinero haya gastado un jugador, más difícil le resultará dejarlo. No puede apartarse del juego porque está seguro de que debe recuperar todo lo gastado.
- Pérdida de control sobre los plazos. Muchas opciones de juego requieren una alta concentración por parte de los usuarios y los involucran intensamente en el proceso de juego. En tales circunstancias, los jugadores a menudo quedan muy inmersos en el mundo virtual, perdiendo el contacto con la realidad.
- Comparación social. Bueno, ¿cómo sería sin un elemento competitivo y el deseo de demostrarte a ti mismo y a los demás tu nivel y tu importancia (en un momento específico o en una larga distancia)?
Independientemente de las ganancias o pérdidas reales, muchos jugadores buscan esas emociones y sensaciones especiales que obtienen al jugar al póquer, girar los carretes o elegir otro entretenimiento. Esto se debe a que el cerebro comienza gradualmente a asociar el juego con el placer.
¿De qué es responsable la dopamina?
La dopamina es una sustancia química (hormona) que tiene un impacto directo en la formación de emociones en la conducta de quienes juegan, así como otros componentes asociados con la recepción del placer. Su producción durante el juego hace que los participantes experimenten tanto emociones positivas como negativas, en este último caso, pudiendo, incluso, desarrollar depresión. El resultado es un efecto “dual” que hace que el juego sea interesante y emocionante, pero también, hasta cierto punto, peligroso.
Al ganar, los jugadores experimentan sentimientos de placer y felicidad; factores que se explican por un fuerte aumento de la dopamina. Pero si no se consigue el resultado deseado, su nivel disminuye, con todas las consecuencias negativas que ello conlleva. Como resultado, los entusiastas del juego se esfuerzan por encontrar nuevas oportunidades para ganar y así compensar las pérdidas emocionales. Es en este modo cuando se producen las “subidas de dopamina”, que a menudo son la base para el desarrollo de la adicción al juego. Otras afecciones que pueden presentarse en los aficionados son:
- Síndrome de abstinencia. Se expresa en una falta de dopamina después de dejar el juego. Se manifiesta en forma de irritabilidad, ansiedad y un deseo irresistible de seguir jugando.
- Impulsividad. Un desequilibrio de esta hormona conduce a tomar decisiones emocionales, excesivamente arriesgadas.
- Desarrollo de tolerancia a la dopamina. El juego frecuente hace que el jugador tenga que aumentar la frecuencia de las sesiones y/o el tamaño de las apuestas para poder disfrutar del juego.
- El deseo de estar solo con tus emociones. Cuando juegan en exceso, muchos participantes se niegan a compartir sus emociones y tratan de guardárselo todo para sí mismos, trayendo esto como consecuencia un mayor estrés psicológico.
Estamos convencidos de que un enfoque mesurado y responsable del juego es la clave no solo para el placer del proceso, sino también para la comodidad emocional. Este formato de juego permite recibir dopamina en dosis moderadas y estables, sin cambios bruscos de humor, estrés y los problemas posteriores que un jugador puede encontrar con una actividad de apuestas desconsiderada.
Por eso también recomendamos encarecidamente que cada usuario preste mucha atención a su comportamiento de juego: analice sus acciones, admita y corrija los errores y, lo más importante, mantenga sus emociones bajo control. Este enfoque consciente hace que el juego no sólo sea seguro, sino también verdaderamente divertido.