Actividades que los maestros de secundaria y preparatoria pueden usar para crear la comunidad y la colaboración al comienzo del año escolar después de la pandemia.
Existe una necesidad desesperada de reavivar la magia para el año escolar 2021-22, y tenemos que estar listos para revolver con poderes y hechizos desde el primer día. Hay que destruir el muro y hagamos lo contrario de hojear las secciones completas de “Materiales requeridos” y “rubricas de evaluación” en paquetes gruesos, sin alma y engrapados.
RECUPERAR EL SENTIDO DE COMUNIDAD
El primer día, centrémonos en aquellas experiencias que no pudimos capturar el año pasado que encienden un sentido de comunidad y colaboración al mismo tiempo que fomentan la investigación y el descubrimiento: habilidades del mundo real que guían nuestra instrucción.
Para fomentar esas conexiones personales, aquí les dejamos un ejemplo de cómo debería de ser el primer día (o incluso la primera semana, si es necesario).
Colaboración
El primer día debe de consistir en mini-actividades completadas en varias estaciones del salón de clases. Los grupos pasan aproximadamente de siete a ocho minutos en cada estación. La mayoría de los cuales alentarán a los estudiantes a discutir, aclarar, resolver problemas y conectarse entre sí. En una estación, por ejemplo, los grupos elegirán una palabra de valor (confianza, respeto, amistad, honestidad, etc.) y crearán un pequeño cartel para ello, junto con su visión de cómo quieren que se vea ese valor a través de listas escritas o ilustraciones.
Hacer que los estudiantes trabajen en grupo desde el principio marca la pauta desde el primer día. Da la imagen de que nuestras aulas son un lugar de colaboración comunitaria y centrada en el estudiante.
LECTURA
En otra estación, los estudiantes participarán en una degustación de libros. La idea es colocar los mejores libros de la biblioteca de la clase sobre una mesa y animar a los estudiantes a que prueben tantos como puedan. Algunos leen las primeras dos o tres páginas y otros leen la parte posterior del libro o la sección “Acerca del autor”. Luego, escriben los posibles títulos que están interesados en leer en el cuaderno de su escritor y discuten sus selecciones. También utilizaré este tiempo para llevar a cabo charlas sobre libros, evaluando los intereses de lectura de mis alumnos, lo que revela más sobre ellos de lo que sospechamos.
Hacer que los estudiantes trabajen en grupo desde el principio marca la pauta desde el primer día de que las aulas son un lugar de colaboración comunitaria y centrada en el estudiante.
Investigación
Otra actividad adicional que podemos hacer como maestros con nuestros estudiantes; Es la de que en lugar de presentar diapositivas aburridas de quien somos, les pidamos a los nuevos estudiantes que exploren el aula para conocernos. Con tarjetas didácticas o notas adhesivas, podrán recorrer la habitación y anotar tantas “pistas” como puedan. La idea encontrar cosas puedan revelar algo sobre nuestra vida o nuestra personalidad.
¿Qué pasatiempos despiertan su interés, su capacidad para reunir pruebas y redactar afirmaciones?
Después de reunir pruebas, Los niños pueden escribir una breve biografía sobre uno, seguido de un intercambio de información con toda la clase. Los estudiantes no solo están conociendo a su profesor, sino que también nosotros estamos aprendiendo sobre ellos:
¿Cómo interactúan con los grupos?
¿Qué pasatiempos despiertan su interés?
¿Su capacidad para recopilar pruebas y escribir afirmaciones?
Esta actividad se puede cambiar fácilmente para centrarse en los propios estudiantes. Podemos hacer que recopilen pruebas entre sí y luego escriban biografías de sus compañeros o miembros del grupo.
Escritura
El darles a los estudiantes el espacio para escribir el primer día sirve para varios propósitos invaluables. Ya sea que lo podamos usar como una forma de evaluación de referencia o como piezas de reflexión; La escritura de los estudiantes es, en última instancia, la forma en que conocemos mejor a nuestros estudiantes. Adaptar la escritura a las necesidades y experiencias específicas de una clase también es beneficioso. Esto permite que recopilemos las diversas percepciones que son únicas entre nuestras clases que ingresan a un nuevo año escolar.
Un ejemplo puede ser que los niños escriban cartas a sí mismos sobre sus esperanzas para el ciclo escolar. Estas cartas las puedes devolver en su último día como estudiantes.
Las rutinas y procedimientos diarios, por supuesto, deben de ser enfatizados y practicados, pero lo que priorizamos en estos primeros días envía un mensaje claro sobre quiénes somos y qué valoramos como educadores.
¿Damos prioridad al trabajo individual y las aulas centradas en el maestro, o queremos la colaboración, la voz de los estudiantes y el descubrimiento a la vanguardia?
Si es lo último, podemos estructurar nuestros primeros días para reflejar esa creencia.