20 minutos, este límite de tiempo, advierte, requiere priorizar entre contenidos fundamentales y complementarios.
Este límite de tiempo, advierte, requiere priorizar entre contenidos fundamentales y complementarios.
Que los profesores se pongan en los zapatos de sus alumnos: esa es una de las recomendaciones de Cristóbal Cobo, especialista senior en educación del Banco Mundial. Junto a otros especialistas internacionales, el investigador chileno expuso en el seminario “Aprendiendo en tiempos híbridos, lo que sabemos que funciona”, organizado por aprendoencasa.org, plataforma desarrollada por la Fundación REimagina en colaboración con la oficina regional de la Universidad de Harvard y la Fundación BHP.
El encuentro abordó las dificultades de traducir el aprendizaje presencial a las nuevas reglas del juego de las clases a distancia. “Es una buena práctica no obligar a todos los estudiantes que tienen acceso a internet a tener necesariamente la cámara prendida; eso puede llegar a vulnerar situaciones de intimidad, donde a lo mejor los estudiantes no quieren mostrar el contexto en que viven”, dijo Cobo.
Uno de los temas que destacó en su charla fue la extensión de las sesiones, las que en su opinión no debería exceder de 20 minutos para luego tomar un descanso. La atención de los estudiantes online, subrayó, es un recurso muy limitado.
La clase de 45 minutos ahora hay que pensarla en una de 20 minutos. “Hay estrategias que debemos traducir al contexto virtual”, señaló. “Las investigaciones nos muestran una y otra vez que a videos educativos largos, atención corta.”
Puede ser de enorme importancia generar pausas, generar espacios de descanso de no consumo de contenidos.
Este límite de tiempo incide en que los profesores deben priorizar. “Pensar en cuáles contenidos o materias son fundamentales y cuáles son complementarios. No es necesariamente efectivo querer traer la misma carga curricular de la experiencia presencial a la experiencia remota o híbrida”, indicó.
Integrar tecnologías
¿Por qué hay que priorizar?
“Lo que hemos observado en diversos países durante la pandemia es que el ajuste del plan de estudios y la adaptación del contenido hacen que el proceso de desarrollo de la estrategia de aprendizaje remoto sea más efectivo, ya que permite reducir costos y ahorrar tiempo. Estos ajustes son necesarios para cumplir con los principales objetivos de aprendizaje de los respectivos planes de estudios nacionales”, aseguró Cobo tras su presentación.
“De acuerdo con la encuesta Unesco-Unicef-Banco Mundial, 62% de los países analizados tiene previsto ajustar el alcance de los contenidos curriculares”, agregó.
¿El aprendizaje depende de la tecnología que se usa para las clases?
“Ni la dotación ni el uso de una determinada tecnología es una condición suficiente para asegurar el aprendizaje. La efectividad de la tecnología en el aprendizaje dependerá de una serie de factores, no únicamente tecnológicos, hay factores vinculados con el uso pedagógico, así como el contexto que resultan determinantes”, afirmó
De ahí que muchos países están apostando por integrar distintas tecnologías. “Podemos encontrar un aprendizaje híbrido que integre, por ejemplo, la entrega de contenidos educativos ya sea utilizando tecnologías analógicas -como libros de texto, radio o televisión o digitales, como un portal, aplicación o una videoconferencia). Estas tecnologías pueden integrarse con diversas formas de interacción cara a cara o remota entre profesores y estudiantes”, afirmó.
“En algunos casos hemos visto que el aprendizaje híbrido se usa simplemente para replicar la clase presencial -por ejemplo, usando Zoom lo cual no funciona bien si no se incorporan adaptaciones pedagógicas más profundas”, destacó.