La evolución de las tecnologías móviles y la proliferación de dispositivos (teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras portátiles) en la última década han transformado nuestra vida diaria.
En la educación también ha revolucionado el acceso a la información, un estudio enfocado en el desarrollo infantil en sus primeras etapas, realizado por el grupo “AVG Internet Security” y publicado por “Business Wire“, determinó que dos de cada 10 niños de entre dos y cinco años podía jugar con un Smartphone, mientras que sólo uno de cada 10 podía amarrarse los zapatos sin ayuda. En Estados Unidos 98% de los estudiantes están conectados diariamente por medio de dispositivos móviles y muchos estudios señalan que para 2020 serán la principal herramienta de conexión a Internet.
El reto está en la velocidad en que deben adoptarse los cambios y aprovechar las ventajas que ofrece el aprendizaje móvil, mobile learning o mLearning, el cual se define como la intersección de la computación móvil y el eLearning, se caracteriza por la capacidad de acceder a los recursos desde cualquier lugar, en cualquier momento, proporcionando soporte para un aprendizaje efectivo.
Las instituciones educativas están introduciendo mobile learning en las aulas para aprovechar al máximo las nuevas tecnologías móviles y mejorar sus procesos de enseñanza, pero esto les genera un cambio de paradigma, pues existe controversia sobre si los dispositivos móviles son distractores en las aulas o un aporte a la investigación y al aprendizaje. Recordemos que hace algunos años los profesores no se imaginaban dar clases de forma virtual a estudiantes de diversas zonas geográficas y tampoco que los alumnos consultaran información de libros digitales desde algún dispositivo móvil.
El uso de los dispositivos móviles en los procesos de enseñanza-aprendizaje presenta una serie de ventajas:
Todo está migrando a la tecnología digital y la clave del mobile learning es la interconectividad que ofrece, pues elimina la dependencia de lugar o espacio, permitiendo hacer uso de contenidos cuando y donde el alumno lo necesite. Lo anterior ha propiciado que las aplicaciones existentes cuenten con alternativas de acceso en el modelo nube y que los sitios web se vuelvan responsivos para que la información se ajuste a un formato adecuado para cada dispositivo móvil.
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